En tiempos de obispo Pedro Álvarez de Acosta(1539-63), El Burgo de Osma tuvo uno de sus grandes momentos. Entre las sucesivas fundaciones de este obispo mecenas destaca la Universidad de Santa Catalina. Fue creada con la intención de crear el primer centro de estudios en la provincia de Soria. En 1550 se iniciaron las obras, después de obtener la bula del papa Julio III, de lo que iba a ser un colegio con el título de Santa Catalina Mártir, aunque se dotaron diferentes cátedras y acabó como Universidad. |
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Durante el siglo XVIII irá decayendo su actividad docente hasta el punto de que será clausurada a finales de este siglo. Sin embargo, será la Guerra de Independencia la que arruine esta institución, que será cerrada en el curso 1840-1841, durante el gobierno de Espartero, por la ideología carlista de parte del claustro y por el deseo de la capital de la provincia de centralizar los estudios unversitarios. Su traslado a Soria, al Colegio de la Compañía de Jesús, hoy I.E.S. Antonio Machado, en el que se perdieron multitud de libros y materiales, no salvó a esta institución, que sería cerrada al siguiente curso, pasando a convertirse en Instituto Civil de Enseñanza Media. A partir de este momento la utilización del viejo caserón pasó por diversas visicitudes, como la de Cuartel de la Guardia Civil. Volverá a su función docente, aunque de forma efímera, durante la 2ª República, para convertirse en Instituto Laboral en los años 50. En los años 70 pasará a ser Instituto de Enseñanza Media (1973), pronto con una sección de Formación Profesional (1981), que se convertirá en Instituto de Formación Profesional "Río Lobos" (1987). |
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La antigua universidad de Santa Catalina es un edificio de planta cuadrada con las dependencias distribuidas en torno a un patio de dos pisos formado por arquerías, las de la planta baja de medio punto sobre esbeltas columnas toscanas, mientras que las superiores, de menor altura, llevan arcos escarzanos. En la fachada principal, de piedra, se aparecen numerosos vanos, algunos posteriores al siglo XVI, carentes de decoración, concentrando las labores ornamentales únicamente en la portada. Esta se abre en arco de medio punto flanqueado por columnas sobre alto podio que sostienen un entablamento. Sobre éste dos escudos del obispo Acosta enmarcan una hornacina entre columnas y coronada con un frontón triangular, que sirve de marco a una escultura de Santa Catalina y, sobre ésta, un gran escudo de Felipe II que rompe la cornisa y que confirmaba en su momento que la universidad se encontraba amparada por el patrocinio de este monarca. |
Instituto Santa Catalina actual
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